Bienvenida

Bienvenidos lectores y lectoras. Les queremos proponer  múltiples y diversos encuentros: entre lectores y libros, entre autores y lectores, entre lectoras y lectores… encuentros con buenos libros, con palabras, con relatos, con historias reales y ficticias,  con el disfrute de la lectura individual y con el intercambio y la conversación con los otros. 

¿Por qué leemos?  Nos gusta pensar el acto de leer como la construcción de un espacio propio en el que la información, la magia, el misterio, la fantasía, la curiosidad por la vida de personajes y situaciones del mundo amplían el universo personal. Así  lo cotidiano, lo cercano, lo conocido se llena de referencias culturales, emociones y realidades diversas, enriqueciendo nuestra percepción y nuestra mirada.

También nos gusta pensar el acto de leer como un camino hacia otras personas, hacia la sociedad  y hacia el mundo. Leer nos hace más sensibles y comprometidos, mejores críticos, nos provee de  mejores herramientas para vivir, comprender y transformar el tiempo en que vivimos. Explorar en realidades diversas, acercarse a múltiples interpretaciones,  conocer los problemas y debates actuales aporta no sólo al crecimiento intelectual, sino a la formación ética, ciudadana y política de cada uno de nosotros.     

Italo Calvino en Las ciudades invisibles relata el viaje de visita de Marco Polo a Kublai Kan, emperador de los tártaros. Describe las ciudades que encuentra en su camino, ninguna reconocible, todas inventadas, cada una de ellas con nombre de mujer. Octavia, la ciudad telaraña, suspendida sobre un precipicio entre dos montañas; Leandra, protegida por dioses tan pequeños que no se ven y tan numerosos que no se pueden contar;   Anastasia, ciudad cubierta por canales concéntricos y sobrevolada por cometas; Zobeida, ciudad blanca, iluminada totalmente por la luna, con calles que giran sobre sí mismas como un trompo; y así, otras tantas más que producen emoción y sorpresa. 

Es difícil que un lector, después de leer Las ciudades invisibles, pueda volver a recorrer la arquitectura de su entorno cotidiano sin recordar estos relatos. Las ciudades invisibles, como tantas buenas obras de la literatura, pone en evidencia su poder  transformador, la fuerza ilimitada del pensamiento, la posibilidad de transgresión de la realidad, la capacidad de  reflexionar sobre el presente.  

El mismo Calvino responde: ¿Por qué leer acerca de ciudades, invisibles o reales, antiguas o actuales?: “¿Qué es hoy la ciudad para nosotros? Creo haber escrito algo como un último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades. Tal vez estamos acercándonos a un momento de crisis de la vida urbana y Las ciudades invisibles son un  sueño que  nace del corazón de las ciudades invisibles. Se habla hoy con la misma insistencia tanto de la destrucción del entorno natural como de la fragilidad de los grandes sistemas tecnológicos que pueden producir perjuicios en cadena, paralizando metrópolis enteras. Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque no sólo de mercancías, sino también de palabras, de deseos, de recuerdos. Mi libro se abre y se cierra con las imágenes de ciudades felices que cobran forma y se desvanecen continuamente, escondidas en las ciudades infelices”.1 

  1. Conferencia pronunciada por Calvino en marzo de 1983, en la Columbia University de Nueva York